La Iglesia Catedral-Basílica Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia, llamada popularmente “Seu” en valenciano, es sede del arzobispado de Valencia y está dedicada a la Asunción de Santa María. Fue consagrada el año 1238 por el primer obispo de Valencia posterior a la Reconquista, Fray Andrés de Albalat. Se encuentra sobre la antigua mezquita de Balansiya, esta se había alzado sobre la antigua catedral visigótica, edificada sobre un antiguo templo romano dedicado a Júpiter o Diana, del que en la actualidad se pueden ver, aún en pie, las columnas en el museo de la Almoina, junto a la Catedral.
En el estilo arquitectónico de la Catedral de Valencia predomina el gótico mediterráneo, aunque también contiene elementos del románico, del gótico francés, del renacimiento, del barroco y neoclásico.
En su interior se venera el Santo Cáliz, fechado del siglo I, y dado a la catedral por el rey Alfonso el Magnánimo en 1436.
Contiene algunas de las primeras y mejores pinturas del Quattrocento de toda la Península Ibérica, que llegaron de Roma a través de artistas contratados por Alejandro VI. Este último Papa valenciano, cuando aún era el cardenal Rodrigo de Borja, hizo la petición para elevar la sede valentina al rango de Metropolitana, categoría que le fue otorgada por el papa Inocencio VIII en 1492.