Taifa-de-Valencia

Régulos eslavos

Tras la caída del Califato de Córdoba, a comienzo del siglo XI, Valencia se convirtió en capital de un Reino de Taifas, y, por lo tanto, experimentó un importante crecimiento urbanístico.

Los primeros caudillos y creadores de la Taifa fueron Mubarak (Mbarek) y Muzzafar, que reinaron entre 1011-1020, funcionarios que tuvieron cierta independencia y que estaban relacionados con los amiries, que llegaron incluso a acuñar moneda.

Tras la desaparición de estos dos régulos los sucedió Lebil de Tortosa, importante personaje amirí y eslavo como los anteriores régulos. En 1019, por las presiones del rey de la taifa de Denia compartió el poder, aunque finalmente abandonó Valencia y se trasladó a Tortosa. Como representante del partido amirí, eligió como regulo de Valencia a un descendiente de Almanzor, que había huido de la caída de Córdoba y se había instalado en Zaragoza. Este regulo sería Abd al-Aziz ibn Amir.

La dinastía amirí

Dinastia-amiri En 1021 llegó al trono Abd al-Aziz ibn Amir, (nieto de Almanzor y de Sancho II Abarca) fundando la dinastía amirí en Valencia, que fue el rey que haría de la Taifa de Valencia una de las importantes de la primera mitad del siglo XI.

En su política exterior, pasó de tener una buena relación con los reyes de Denia y Baleares a la hostilidad, en sus luchas pidió ayuda a los cristianos, (como nieto de Sancho II Abarca. Tuvo guerras contra la taifa de Almería, cuya población le llegó a nombrar rey, pero por poco tiempo

Durante el reinado de Abd al-Aziz (1021-1061) fue un gran constructor, se construyó una nueva muralla con el propósito de proteger a la población y a aquellos que llegaban de otros lugares de al-Ándalus. Además de las murallas, construyó su almunia (palacio real, en árabe).

Abd al-Aziz ibn Amir murió en enero de 1061

Le sucedió su hijo Abd al-Malik ben Abd al-Aziz al-Mansur (1061-1064). Como consecuencia de las campañas de Fernando I para controlar y cobrar parias, atacó y derrotó a este régulo a pesar de los recursos enviados por su suegro.7 Pero el rey castellano-leonés no pudo aprovechar el triunfo. Enfermo, tuvo que volver a su corte donde falleció, lo que fue aprovechado por Al-Mamún de Toledo para destronar al régulo valenciano, procediendo a la incorporación de la taifa de Valencia a la de Toledo (1064-1075).

Tras la muerte de Al-Mamún de Toledo (1075) otro hijo de Abd al-Aziz ibn Amir ocupo el trono Abu Bakr ben Abd al-Aziz (1075-1085), pero no llegó a acuñar moneda. Parece que en este momento Valencia gravitó entre las dos taifas más importantes del ámbito septentrional, la taifa de Zaragoza y taifa de Toledo, procediéndose a enlaces matrimoniales con elementos de ambas taifas. A Abu Bakr ben Abd al-Aziz le sustituyó su hijo Utman ben Abu Bakr (1085-1086) que reinó poco tiempo. Con él acaba la dinastía amiri al mando de la taifa de Valencia.

Otros régulos

Utman ben Abu Bakr fue sustituido de la cabeza de la Taifa de Valencia por Alfonso VI y las tropas cristianas, poniendo en su lugar como rey a Al-Qádir (1086-1092) anterior rey de la taifa de Toledo, posteriormente, un cadí de Valencia, reunió a los elementos anti Al-Qádir destronándolo y como consecuencia de un motín asesinando a Al-Qádir, este cadí, Yafar ben Abd Allah Ben Yahhaf (1092-1094), fue el último rey antes de la ocupación de Valencia por parte de el Cid en venganza por la muerte de Al-Qádir. El Cid, conocedor de la historia y tradiciones del islam, le aplicó a Yahhaf, para deshacerse de él, el mismo procedimiento de castigo llevado a cabo por Mahoma como contra uno de sus enemigos.

El Cid y Jimena (1094-1102)

La Taifa fue conquistada por el Cid en 1094 (entrando en la ciudad el 17 de junio de 1094) como príncipe independiente.

El Cid murió en Valencia el 10 de julio de 1099. Su mujer, Jimena, consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III de Barcelona, hasta el año 1101, en el cual el rey Alfonso VI de Castilla considerando las dificultades de defender la ciudad el 4 de mayo de 1102 ordenó la evacuación de la ciudad por parte de los cristianos e incendiándola. El día después, 5 de mayo de 1102 Valencia cayó en poder de los almorávides al mando de su caudillo militar Mazdalī.

Los almorávides (1102-1144)

Tras la muerte del Cid (1099) y del regreso de la viuda Jimena a Castilla (1102), los almorávides se hacen con el poder en Balansiya al mando de Mazdalī, que gobernó la ciudad por un año de manera rigurosa, aunque un año más tarde fue nombrado gobernador de Tremecén, siendo sustituido como gobernador por Abū Abd Allāh Muhammad ibn Fātima, que incorporaría la taifa de Albarracín a los almorávides e incluso prestaría ayuda a Al-Musta’in II de Zaragoza frente a las acometidas de Alfonso el Batallador.

Pero el imperio almorávide entró en decadencia tan rápidamente como se había constituido. Alfonso el Batallador de Aragón había aprovechado la carencia de cohesión de los almorávides para tomar Zaragoza (1118), Calatayud (1121) y Daroca (1122).

Las subidas de impuestos para reforzar las murallas defensivas en distintos sitios del territorio almorávide provocó los primeros disturbios y se puso de manifiesto la disconformidad creciente de Al-Ándalus con sus gobernadores almorávides. Uno de ellos fue el alcalde sevillano Alí ibn Majjuz, el cual huyó de Al-Ándalus al valle del Ebro, donde pactó una alianza con el rey Alfonso el Batallador para saquear y ocupar la tierra de Valencia, del mismo modo que lo había hecho pocas décadas antes.

Los almorávides respondieron enviando un poderoso ejército recién llegado del norte de África, que se unió a los jinetes africanos de los gobernadores de Córdoba y Murcia con el objetivo perseguir el rebelde Ibn Majjuz y Alfonso I. La batalla tuvo lugar el 1129 en el castillo de los Alcalans (Montserrat), y de allí salieron derrotados los almorávides. Según el poeta hispanomusulmán Ibn al-Abbar, la desastrosa derrota de los Alcalans hizo perder popularidad a los almorávides en Al-Ándalus y derivaría en la proclamación de los segundos reinos de taifa en la franja oriental de Al-Ándalus (a partir de 1144 en Valencia).

Mientras tanto, en tierras cristianas, en 1134 había muerto Alfonso el Batallador y le había sucedido su hermano Ramiro el Monje, que reinó en Aragón de 1134 a 1137; su hija Petronila casó con Ramón Berenguer IV de Barcelona, de esta forma surge el primer monarca de la Corona de Aragón (1137-1162) (con la unión del reino de Aragón y el condado de Cataluña). Durante este tiempo Ramón Berenguer IV tomó Tortosa (1148), Lérida y Fraga (1149) y concertó con Alfonso VII de Castilla el Tratado de Tudilén (1151), por el cual se adjudicaba la futura conquista de Valencia y Murcia a los reyes aragoneses.

Revuelta local contra los Almorávides (1144-1147)

Los aristócratas hispano-árabes iniciaron la revuelta contra los dominadores almorávides, a los cuales consideraban unos intrusos intolerantes que degradaban la anterior cultura refinada de los reinos de taifas andalusíes. La rebelión estalló el 1144, pero como había pasado en todas las anteriores revueltas indígenas andalusíes, carecía de coordinación y las distintas facciones se combatían entre sí, en un periodo de anarquía. La rebelión fue encabezada por Ahmad ibn Hud al-Mustansir, más conocido como Saif ad-Dawla, hijo del último rey hudí de Zaragoza. Inducido por su odio a los almorávides, se puso al servicio del rey Alfonso VII de Castilla. Disfrutaba de prestigio entre los andalusies, como quiera que era el heredero de los Banu Hud.

Al estallar la revuelta, Yahya ibn Ganiya (que había sido gobernador de Valencia)- comandaba los almorávides andalusíes, y había situado a su sobrino Abu Muhammad Abd Allah ibn Ganiya como nuevo gobernador de Valencia, ciudad que se sublevó contra los almorávides el 1 de marzo de 1145. El 2 de mayo se hacía con el gobierno de Valencia el cadí Abu Malik Marwan ibn Abd al-Aziz, el cual encargó la defensa de las fronteras al capitán Abd Allah ibn Iyad. Este capitán, que reconocía la soberanía de Saif ed-Dawla, poco después se adueñó de Murcia. Mientras tanto, en Valencia Abu Malik Marwan ibn Abd al-Aziz se mostraba incapaz de gobernar y sus soldados se sublevaron y colocaron en su lugar Abd Allah ibn Sano’d ibn Mardanis, que ocupaba el cargo de valí de Ibn Iyad de Murcia.

Saif ad-Dawla entró a Murcia en enero de 1146, como rey de la parte oriental de Al-Ándalus, y fue recibido con grandes honores por el gobernador Ibn Iyad. Después Abu Bakr, hijo de Saif ad-Dawla, acompañado del mismo Ibn Iyad, visitó Denia y Valencia, y también fueron recibidos con honores.

Sintiéndose fuerte, Saif ad-Dawla intentó deshacerse de la tutela de los castellanos, pero Alfonso VII de Castilla se había aliado ahora con Ats-Tsagrí, gobernador de Cuenca y rival personal de Saif ad-Dawla. Este último organizó un ejército comandado por el valí Abd Allah ibn Sano’d ibn Mardanis y formado por tropas de Valencia, Alicante, Murcia y Lorca, pero fue derrotado por los castellanos en Chinchilla el 4 de febrero de 1146. En esta batalla murieron Saif ad-Dawla y Abd Allah ibn Sano’d ibn Mardanis. Ibn Iyad sobrevivió, pero fue desposeído de su señorío de Murcia por ats-Tsagrí, que gobernó de mayo a septiembre de 1146 .

Sin embargo, Ibn Iyad fue capaz de reorganizar un ejército con tropas de Valencia, Alicante y Lorca, y marchó a Murcia, donde sabedores de la venida de Ibn Iyad, se sublevaron contra ats-Tsagrí, que moría en la revuelta. Ibn Iyad hizo la entrada triunfal en Murcia por segunda vez el 13 de septiembre de 1146. Pero un año después moría en una batalla contra los castellanos. El valí que, pese a su juventud, gobernaba Valencia de 1146 a 1147 era Muhammad ibn ‘Abd Ajoāh ibn Sano’d ibn Mardāniš, hijo de Abd Allah ibn Sano’d ibn Mardanis, y futuro rey de las taifas de Murcia y Valencia, que sería conocido por los cristianos como el Rey Lobo.

 Llegados a este punto hablaremos de la Segunda Taifa de Valencia

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Por Javier

Redactor en Lost in Valencia. Apasionado por descubrir y compartir los rincones más únicos de Valencia, desde su gastronomía hasta sus eventos más emblemáticos.