Segunda taifa (1147-1171)
Los almohades, otro pueblo del norte de África, invadieron Al-Ándalus a partir de mediados del siglo XII. Pero tras la experiencia almorávide, poco afortunada en tierras valencianas, no fueran bien recibidos a la zona oriental de Al-Ándalus. En Valencia y Murcia Muhammad ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo (1147-1172), se hizo pronto con el poder y consiguió resistir el empuje de los almohades hasta un año antes de su muerte (1171).
Muhammad ibn Mardanis, mercenario de origen incierto, que había nacido en Peñíscola, consideró a Murcia capital de sus estados y nombró a su hermano Abu al-Hajjaj gobernador de Valencia, cargo en el que estuvo desde 1146 hasta 1186. Frenó los intentos de Aragón y Barcelona por conquistar el Reino musulmán de Valencia, gracias a los tributos que se comprometió a pagar a Ramón Berenguer IV (hasta 1161) para evitar que sus tierras corrieran la misma suerte que Tortosa, Lérida o Almería (las dos primeras conquistadas recientemente por el príncipe de Aragón y conde de Barcelona, 1148 Tortosa y 1149 Lérida y la segunda por Alfonso VII en 1147 con el apoyo catalano-aragonés y de la república de Génova), conquistadas recientemente. Comprometiéndose al pago de 100.000 dinares de oro, a cambio de ello Ramón Berenguer IV le apoyaría militarmente. También hizo un pacto con Pisa y Génova de diez años de duración, permitiendo el establecimiento de factorías en Valencia y Denia. Llegó a adquirir la taifa de Guadix en 1152 que previamente había atacado castellano-leoneses. En 1156-57 se declara vasallo de Alfonso VII entregando este a ibn Mardanis varias fortalezas
Rey Lobo fue un buen guerrero, pero demasiado dilapidador, y exigía demasiados tributos a sus vasallos, de forma que su hermano Abu al-Hajjaj entregó finalmente la taifa de Valencia/Murcia a los almohades (1171), y continuó él mismo como gobernador hasta su muerte el 1186.
Los almohades 1172-1228
Aprovechando la inestabilidad que causó la muerte del Rey Lobo, los cristianos intentaron hacerse con Balansiya. Alfonso el Casto conquistó Teruel en 1171, e hizo una incursión a la ciudad de Valencia en 1172, ante la cual Abu al-Hajjaj, que gobernó hasta el 1186 sometido al califa almohade, le ofreció duplicar el tributo que su hermano le había pagado a los reyes de Aragón y Cataluña.
En 1177 los castellanos tomaron Cuenca con la ayuda de Alfonso el Casto y por el tratado de Cazorla se estableció la futura delimitación de las áreas de influencia de Castilla-León y de Aragón-Cataluña. En el anterior tratado de Tudilén (1151), toda Valencia hasta Orihuela y la mayor parte de Murcia, debían caer dentro la Corona de Aragón, pero según el nuevo tratado, el área de influencia de Aragón sólo llegaría a la línea Biar-Busot, que en el extremo inferior fue el límite de las conquistas de Jaime I.
El sucesor de Alfonso el Casto, Pedro el Católico, giró sus ansias expansionistas hacia Occitania, aun cuando consiguió poner sitio y conquistar el Rincón de Ademuz en el año 1210.La perdida de Ademuz afecta a los almohades y es una de las razones que llevan a Muhammad An-Nasir a organizar la expedición que luego daría lugar a la batalla de Las Navas de Tolosa. Dos años más tarde se preparó el gran enfrentamiento entre cristianos y musulmanes. El califa Muhammad An-Nasir organizó una expedición de Al-Ándalus y tuvo lugar batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que acabó definitivamente con la supremacía musulmana en Al-Ándalus. En esta batalla estaban confederados el rey de Castilla Alfonso VIII de Castilla , el de Navarra Sancho VII, el de Portugal, Alfonso II de Portugal, el de Aragón Pedro el Católico, las tropas de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Temple y San Juan (Malta), más voluntarios europeos. Los musulmanes estaban capitaneados por Muhammad An-Nasir, hermano del futuro gobernador de Valencia Zayd Abu Zayd.
El ejército cristiano obtuvo una gran victoria el 16 de julio de 1212. Un año después murió Pedro el Católico en la batalla de Muret, y le sucedió en el trono su hijo Jaime I, que fue proclamado Rey de Aragón y y conde de Barcelona en el año 1214, a la edad de seis años. Mientras tanto, Zayd Abu Zayd empezó a reinar en en la zona oriental de al-Àndalus, apenas pocos días tras la derrota de las Navas de Tolosa
Ni los almohades, ni los almorávides habían conseguido fusionar los hispanoarabes con los norteafricanos en una unidad política estable. Apenas establecidos los califas almohades, se empezaron a disgregarse sus dominios. La situación de Valencia, ciudad adelantada en la frontera con los cristianos, y muy alejada de la capital almohade, motivó que sus gobernadores, Zayd Abu Abd Allah (de 1190 a 1213) y su hijo Zayd Abu Zayd (de 1213 a 1229) –nieto y bisnieto, respectivamente, del califa Abd Al-Mumin, fundador del imperio almohade, pudieron actuar con plena autonomía, e incluso se titularan reyes, aun cuando nunca acuñaron moneda ni negaran su sumisión al emperador almohade.
El 1224 Jaime I pide ayuda a los nobles de la Corona de Aragón para iniciar la conquista de Valencia, desde Teruel, Zayd Abu Zayd pidió una tregua al rey. Este aceptó a cambio de la quinta parte de las rentas de Valencia y Murcia. Para quitar presión, en 1225, decide hacerse vasallo del rey castellano Fernando III. Durante el verano de 1225, Jaime I intentó apoderarse del castillo de Peñíscola, pero los nobles aragoneses le dieron la espalda y fracasó.
Zayd Abu Zayd, último gobernador almohade del Valencia, (gobernador de las regiones de Valencia, Denia, Játiva e indirectamente de Murcia), empieza una rebelión indígena anti-almohade a la región de la región oriental de Al-Ándalus, encabezada por Ibn Hud al-Djudzaní, que se apoderó de Murcia en 1228 y dominó las regiones de Orihuela, Denia, Gandía, Játiva y Alcira, esto es, la mitad sur de la región de Valencia. Ibn Hud al-Djudzaní sitió también la ciudad de Valencia, pero no pudo tomarla, porque la ciudad y los dominios al norte esta se mantuvieron fieles a Zayd Abu Zayd. En 1227 reconoció a al-Ma´mūn, anterior gobernador de Córdoba y Sevilla, como califa almohade. En 1228 recupera los castillos de Villahermosa y Bejís, plazas del norte valenciano ocupadas anteriormente por los aragoneses.
Llegados a este punto hablaremos de la Tercera Taifa de Valencia
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